FERNANDO MENÉNDEZ Y JOSÉ MARÍA CASTRILLÓN


Para el próximo viernes, día 25 a las 20 horas, dos poetas asturianos, invitados por la Asociación Poética Caudal nos visitan a la librería Primado, dos;  Fernando Menéndez y José María Castrillón vendrán de su Asturias natal a ofrecernos un recital poético.



Fernando Menéndez (Oviedo, 1966) es conocido y apreciado por su ya larga labor de dirección de talleres literarios en distintas bibliotecas de Asturias y por su colaboración en Radio Asturias-Cadena Ser con el espacio semanal Contadores de Historias.

Escritor y poeta, cuenta con un buen número de libros publicados: En la misma piedra (1989), Estambul / Estocolmo (1994), Las estaciones desordenadas (1997), Historias somalíes (1998), Las formas del mundo (2001), El habitante de las fotografías (2003), Porque no poseemos (2008), hasta llegar a su último y reciente poemario Un hombre por venir (2009). Ha publicado textos en revistas especializadas como El signo del gorrión, Los Infolios, Paralelo Sur, Zurgai o Letras libres y actualmente colabora con las revistas digitales Literaturas.com y






El profesor y poeta José María Castrillón (Avilés, Asturias, 1966) es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Ha publicado los textos poéticos La sonrisa de un delfín (Heracles y Nosotros, Gijón, 1991), Animal de compañía (Nómadas, Oviedo, 1998), Aún por recorrer (Magua, 2004), La vieja munición (Idea, 2005).y El círculo y la piedra (Trea, 2006). Perteneció al consejo de redacción de la colección literaria Nómadas y de la revista Solaria. Ha publicado reseñas y ensayos en diversas revistas: Letras Libres, Cuadernos Hispanoamericanos, etc. Junto con Jordi Doce ha coordinado el monográfico que la revista Ínsula dedicó a Antonio Gamoneda. Es, asimismo, autor de diversos artículos sobre didáctica de la lengua y la literatura española





Excavación

los cimientos de la casa expulsan el agua que ha empapado
durante días la tierra
contemplo su desecación como el sangrado de un animal
así canto la humilde mansedumbre
del fin cuando los símbolos
interfieren de manera inaceptable con la muerte
porque nada se había acercado ni por un instante a mí

contrastes y un delicado vigor
sobre la placa del poema
levaduras colmatado de silencios porosos por la delación de
un final llovido antes
y heces higo hígado de arcilla maduro violentamente abierto
ante mí

pero sólo es corte en la tierra
que dejaremos secar al sol
para que todo nazca de un levantamiento del vacío



Entusiasmo

los que alcanzaron a ver el azafrán en los estigmas
Pollock que pinta a fuerza de brazos
sobre el suelo
los que aguardaban tránsitos celestes
como los colores beben del silencio a nuestro lado
siguen aquí
han olvidado los filamentos de la luz
aquellos que nos inventaran
apenas desde un fondo

Con los poetas en las calles de Valencia 



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